Si no tienes tiempo de leerlo ahora, guárdalo en pinterest para más adelante leerlo. Guardar
Las dietas no son buenas amigas de las mujeres.
¿Por qué digo esto? Porque merman tu salud física y mental. Te supone una obligación, simplemente un medio para conseguir un fin, lograr perder peso.
Y ya se sabe que cuando tenemos que hacer algo por obligación acabamos detestándolo o abandonando. ¿No es así? Y esto es aplicable a cualquier área de nuestra vida.
A parte, ponerte a dieta solo hace que entres en una espiral, cambiando de una dieta a otra con el objetivo de perder peso, de sentirnos bien, de vernos con unos kilos de menos.
Y empezamos a restringir alimentos, sobretodo las grasas, de todo tipo, sin importar conocer si las necesitamos o no. También eliminamos los hidratos de carbono.
Cambiamos nuestra forma de cocinar de principio a fin. Empezamos a probar alimentos que no nos gustan nada, y un largo etcétera.
Vamos, que hacemos todo lo posible para que funcione. Lo posible y lo imposible. Sin importar si lo que estamos haciendo es saludable o no lo es.
Y como te decía al principio, acaba siendo una obligación.
Por eso quiero contarte las razones por las que nunca deberías hacer dieta. Razones que toda mujer debería conocer para no desperdiciar ni un minuto más de tu vida a hacer dieta.
¿Por qué no hacer dieta ?
1. Pasas hambre.
Cuando te pones a dieta, lo primero que haces es reducir la cantidad de calorías que ingieres, y aunque te haga perder peso, también hace que pases el día con hambre. Lo que a la larga hará que abandones la dieta, porque resulta muy complicado pasar los días con hambre y pensando en lo que no puedes comer de tantas restricciones que suelen indicar las dietas.
2. Sufres efecto yo-yo.
Al hacer dieta, empiezas a eliminar alimentos de tus comidas, lo que hace que pierdas peso.
El problema está en el momento que vuelves a introducirlos, y/o aumentas la cantidad de lo que comes porque ya has alcanzado ese peso que querías y por tanto vuelven esos kilos que habías perdido. Lo peor es que vuelven para quedarse, porque resultan más complicados de quitar.
3. Tienes que cocinar varios platos diferentes.
El tener que cocinar una comida para ti y otra para tu familia hace que dejes las dietas antes de tiempo. Pero no solo eso, sino que resulta agotador el pasarte el día en la cocina cocinando diferentes comidas.
Necesitas estar muy mentalizada para que no te importe cocinar el doble, pero normalmente esto no es así.
Después de todo el día de trabajo, llegar a casa y ponerse a cocinar diferentes comidas no es lo que más apetece del mundo, por lo que acabas por comer lo que el resto o picando cualquier cosa, que suele ser algo poco saludable, y acaba todo por la borda además de sentirte mal contigo misma por no haber seguido las pautas.
4. Te limita tu vida social.
El tener tantas restricciones hacen que tu vida social se reduzca mucho. Empieza a no apetecerte ir a la cena de empresa de tu trabajo, al cumpleaños de tu sobrino o a comer con tus amigas.
El saber que en esas celebraciones o reuniones habrá comida que tú no puedes comer por estar a dieta te genera frustración, que hará que lo pases por alto, comas demasiado y luego te sientas culpable por haberlo hecho, o que termines por no ir a ningún sitio para así evitar la tentación.
5. No te enseñan a comer.
No, no lo hacen. Te restringen, te hacen eliminar alimentos, pero no te enseñan a comer.
Muchas dietas no se fijan en si un alimento es saludable o no. No tienen en cuenta si las grasas son buenas o no, si el azúcar hay que eliminarlo o no.
Por lo que esto es algo muy importante a tener en cuenta, perder peso de forma saludable, con hábitos alimenticios duraderos, para que solo así cuides tu salud mientras pierdes peso.
Por encima de todo hay que aprender a comer, es la única forma de perder peso, sin efecto rebote, de forma duradera y fácil.
Si te ha gustado, no te olvides de compartir.